Franco Colapinto sorprendió a los fanáticos con un disfraz en el Fan Zone de Interlagos: ¿a quién quiso parecerse el argentino?

El día después del anuncio de su renovación con Alpine, Franco Colapinto tenía un encuentro especial con el público en el Fan Zone de Interlagos y no quería que fuera uno más. Por eso, eligió un disfraz para camuflarse entre el público y, en lugar de subir al escenario junto a Pierre Gasly por la parte de atrás, decidió sorprender a los cientos de argentinos y a los miles de fanáticos de la Fórmula 1.

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Con una campera de la organización y gorra negras, una peluca y un bigote abultado (¿para parecerse a ese Valtteri Bottas que decían se sentaría en la butaca que recién había ocupado cuando reemplazó a Jack Doohan?), se camufló entre algunos empleados de la organización del Gran Premio de San Pablo y del fotógrafo de Alpine, el misterioso hombre ubicado justo delante del vallado que separaba al público del escenario actuaba como custodio de Esteban Ocon, que estuvo antes en el Fan Zone, en el predio situado junto al kartódromo del circuito José Carlos Pace aguardó algo tenso el momento, quizás con miedo a ser descubierto.

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Pero, entonces, ya con su compañero Gasly subido en el escenario, descubrió de a poco su rostro y, con una amplia sonrisa, se sacó la peluca y saludó al público. «Vení, vení, cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Colapinto, todos la vuelta vamos a dar», explotaron los argentinos que contaban con tickets para el Fan Zone y esperaron ese momento del reencuentro, pese al cielo amenazante luego de la tormenta que se desató durante la noche y dejó el circuito y la pista mojado.

Luego, como es habitual, la F1 hizo participar de un juego a la dupla de Alpine: constaba en jugar con las manos como paletas con una pluma de badminton. Pero, como buen argentino, el piloto de 22 años que iniciará en 2026 su tercera temporada en la F1 -lo que no ocurría desde Carlos Reutemann, aunque en el caso del oriundo de Pilar será por primera vez titular- se puso a hacer jueguitos.

Tras absorber el amor del público, tanto argentino como del resto de los países que se sorprendieron por una actuación que parecía más de un showman que de un piloto de F1, Colapinto quiso más: se puso a firmar autógrafos y sacarse fotos en la previa de lo que será la Sprint Race, primera competencia de un sábado con alerta de lluvias aún presente y una pista que perdió el engomado del viernes.