Lía Salgado recuperó su salud mental y no se calla: «Cristina me prohibió y Jorge Rial me jodió la vida»

Más que bizarras y guionadas (como se acusó a muchas de las historias que tanto rating le dieron a sus recordados talk shows televisivos) dice que sus experiencias de vida son un testimonio de resiliencia y superación. “Siempre la luché: me caigo y me vuelvo a levantar”, dice Lía Salgado en el living de su piso de la avenida del Libertador, donde recibió a Clarín para hablar de su renacer profesional y existencial.

Lía Salgado recuperó su salud mental y no se calla: «Cristina me prohibió y Jorge Rial me jodió la vida»
Lía Salgado recuperó su salud mental y no se calla: «Cristina me prohibió y Jorge Rial me jodió la vida»

Tras más de 20 años alejada de la pantalla, desde el mes de julio conduce Un lugar seguro, que emite Somos AMBA, en el canal 7 de Personal-Flow.

Explica: “Un día vino Santi (Santiago Gómez Salgado, su hijo de 39 años que es director de cine, licenciado en ciencias de la comunicación y músico).y me dijo que era el siglo de los problemas mentales, que creía que había que hacer un programa de salud mental”.

Y agrega: “Al principio supuse que podía ser un bajón… Pero él me explicó que quería invitar a famosos que cuenten lo que les pasó, sus historias de vida, y otro tipo de invitados como terapeutas, médicos o gente que se dedique al arte, o relacionada con la actividad física y la calidad de vida. El tema es que quienes atraviesan problemas encuentren ayuda para salir”.

La pionera de los talk shows

Lía Salgado posa con el Martín Fierro que ganó en 1997 en la categoría Conducción Femenina, por su labor en el programa Sin vueltas, emitido por América.

Ella fue la pionera del talk show en Argentina, condujo noticieros y fue movilera de temas políticos en radio, donde además trabajó junto a Juan Alberto Badía, Jorge “Cacho” Fontana y Héctor Larrea.

Lía Salgado muestra currículum: es licenciada en comunación social y locutora. Y tres veces le ofrecieron dedicarse a la política. Foto: Guillermo Rodríguez Adami.

Ella “flasheó” cuando en Miami vio el programa que hacía Cristina Saralegui. En cuanto tuvo la oportunidad, lo encaró a Carlos Montero y le dijo que quería hacer lo mismo en la Argentina. Estuvo 10 años protagonizando exitosos ciclos en donde la gente contaba sus dramáticas y polémicas historias. Medía entre 12 y 18 puntos de rating.

Depresión y aislamiento

Lía Salgado fue en la década de los ’90 y principios de los 2000, una de las caras más conocidas de la televisión argentina. Al frente de Hablemos claro y Sin vueltas, popularizó el formato con el que el norteamericano Jerry Springer tuvo su gran auge.

Hoy, a los 65 años recién cumplidos, la periodista habla de salud mental. Porque sabe de lo que habla, porque enfrentó una profunda depresión que la hizo tomar malas decisiones y aislarse en su casa por más de 20 años.

Ahora, con Clarín, mirando el balcón dotado de una increíble panorámica de los bosques de Palermo y el Río de la Plata, Salgado abre su corazón: “La depresión te tira abajo, no querés hacer nada, no querés levantarte de la cama. Uno se puede deprimir porque no tiene laburo, por tener características depresivas propias, y creo que es necesario hablar de esto porque hay mucha gente deprimida que necesita ayuda”.

-¿Estuviste más de 20 años aislada?

-Sí, encerrada en mi casa. Tuve una época que comía solo yogur. Así no cocinaba y me volvía a la cama.

-¿Qué te dice el psiquiatra?

-Que la depresión me la curó, pero el antidepresivo me lo sigue dando y los remedios para dormir también. Antes de comenzar este programa tenía muchísimo estrés, porque hacía muchos años que no hacía televisión. Y con remedios y todo dormía sólo dos horas por día.

Lía Salgado cuenta que su psiquiatra le dice que su depresión está curada, pero aún continúa tomando medicación. Foto: Guillermo Rodríguez Adami
Creyó que lo podía todo y la vida le pasó factura

A causa de su enfermedad mental, a Lía Salgado le pasaron cosas inconcebibles. Recuerda: “Un día, en pleno verano, fui al supermercado con un impermeable de invierno. Estaría pirucha-pirucha, y una mujer hizo un comentario: ‘¡Qué ridícula, vistiéndose así!’. Varios me decían cosas de mala onda, y a mí me importaba un carajo. Agarraba lo primero que encontraba y me lo ponía”.

-¿Haber dejado la tele en pleno éxito fue porque ya estabas enferma?

-Creo que era porque tenía un estrezaso demasiado grande. Sabía que los éxitos no se abandonan… Pero no podía seguir. La verdad es que me equivoqué, debería haber seguido, y también debería haber aceptado otros trabajos que me ofrecieron después.

-El cuerpo te dijo basta…

-Yo trabajé demasiado, estudié mucho, crié a mi hijo, creyendo que todo lo podía. Me construí una casa sola, ese creer que todo lo podía me agotó. Más que omnipotencia, fue un impulso interno de que iba a poder con todo. Creía que era mi deber, y después la vida me pasó factura y me dejó planchada.

Lía Salgado no tiene reparos en definir a Jorge Rial como un «hdp». Alguna vez declaró que si pudiera lo asesinaría. Foto: Guillermo Rodríguez Adami
Cómo influyó Jorge Rial en su alejamiento televisivo

Y en la enumeración de causas de porqué se alejó de la TV incluye a una persona, con nombre y apellido: Jorge Rial. “Si lo pudiera asesinar, lo asesino”, llegó a declarar hace unos años.

-Lía, ¿seguís pensando lo mismo?

-Como no soy una asesina, no lo voy a hacer, pero lo sigo pensando. Me jodió la vida. No soporté que dijera que las historias que contábamos en mis programas eran todas guionadas. Me enojé mucho, y se sumó a que, como ya te conté, yo estaba muy agotada.

-Y lo culpaste a Rial…

-Rial es un soberano h… de p… En todos los sentidos. Esto lo piensa casi todo el mundo, se ensañó mucho tiempo conmigo. Por mi éxito, por supuesto. Se ensañaba con el éxito de cualquiera. Hizo pelota a mucha gente…

-¿Pero las historias de tus talk shows eran reales o inventadas?

-Eran verdaderas, de vez en cuando la producción me habrá colado alguna trucha, pero si fue así, yo no lo sabía: iba, preguntaba, hacía quilombo, para mí todo era real.

La muerte de su padre por mala praxis

Lía Salgado además sufrió problemas de salud físicos que le dejaron muchas secuelas. Superó un cáncer de útero, un problema muy doloroso en el hombro, y por un quiste sinovial pegado en el nervio ciático, sufrió varias caídas y la necrosis de los músculos de las piernas. Aún hoy anda con bastón y hace ejercicios para desarrollar masa muscular.

A su padre lo mataron con una mala praxis. “El era abogado, iba y venía con el auto, tuvo un choque, lo internaron, lo operaron por una fractura del tobillo, y se murió por exceso de anestesia. Tenía 42 años, y yo 14. A las dos semanas cumplí 15, y ese fin de año nos íbamos dos meses a Europa para festejarlo (había elegido el viaje antes que la fiesta), te imaginás que quedé hecha pelota”.

De Cristina Kirchner, Lía Salgado cuenta, no sin ironía: «Le recomendé una peluquera y por lo que sé, seguí yendo hasta antes de estar detenida». Foto: Guillermo Rodríguez Adami

A Lía Salgado la llamaban “la Julia Roberts argentina”, por el parecido de su rostro con la famosa actriz, pero en un momento de su depresión decidió hacerse un lifting.

Explica: “Me operé porque quería quedar como todas las estrellas de Hollywood (Risas). Y no dejé de parecerme a Julia Roberts (Más risas). Quedé conforme con el resultado, siento que no dejé de ser yo”.

-¿Te afecta mucho el paso del tiempo?

-¿A quién no? ¿Somos todos cancheros que vamos a decir que no nos importa?

Su relación con Néstor y Cristina

Además de a la salud mental y a Jorge Rial, Salgado también le adjudica una responsabilidad de su alejamiento de los medios al kirchnerismo.

Dice: “Cristina me prohibió. Yo trabajaba en Radio Nacional cuando ella asumió como presidenta, y me hizo echar. Nunca fui amiga de Cristina. Una vez me los encontré a los dos en Miami, con sus chicos, cuando Néstor era gobernador”.

No suelta prenda. Lía Salgado dice que se puso de novia después de 20 años, con un periodista y abogado conocido, pero se niega a dar el nombre. Foto: Guillermo Rodríguez Adami

-¿Qué relación tuviste con ella?

-Una amiga en común, un día vino y me dijo que Cristina buscaba una peluquera de confianza; yo le hice un dibujo, para que en vez del flequillo se peinara para un costado, y la mandé a una peluquería de un amigo, donde se puso extensiones, se tiñó el pelo, y se hizo el peinado que yo le recomendé. Ella ya era presidenta. Al menos antes de quedar detenida, ella seguía yendo a esa peluquería.

-Pero de Néstor sí fuiste amiga, y hasta se dijo que fueron novios…

-Nunca fuimos novios, eso es mentira. Con él compartíamos la universidad en La Plata, Néstor en Derecho y yo en Periodismo. Yo milité en la Juventud Universitaria Peronista con él, un día me alzó y me llevó en andas. Eramos amigos, nos reíamos mucho, parábamos en el kiosco de 7 y 48, un lugar de encuentro en La Plata.

-¿Te ofreció hacer política?

-Tuve tres ofrecimientos para ser diputada. Uno de Domingo Cavallo, otro de Eduardo Duhalde y otro de Néstor Kirchner. Yo soy licenciada en Ciencias de la Información, Locutora nacional, sé bastante de política, pero no me siento capacitada para ponerme a discutir una ley. No sé lo suficiente como para hacer política, no conozco la Constitución de memoria, y entonces, ¿qué voy a defender?

-Pero muy pocos la conocen de memoria…

-No es mi problema.

Con «Un lugar seguro», su programa en el canal Somos AMBA, de Flow, Lía Salgado dice que quiere ayudar a la gente con problemas de salud mental. Foto: Guillermo Rodríguez Adami
Ideas suicidas y abuelazgo

Además de la medicación psiquiátricas y de los ejercicios de rehabilitación, hay remedios que a Lía Salgado la están “rescatando” de la depresión a pasos agigantados…

Habla de su hijo Santiago: “Salió un poco a la mamá, es muy dulce. ¡Pero cuando se revira, agarrate! Yo era peor, lo que pasa es que con tantos años de depresión, uno va aprendiendo”.

-¿Qué te enseñó la depresión?

-A ser más tolerante, más amable, mejor persona, porque te das cuenta de tus debilidades. Cuando vos pensás que podés con todo, después te das cuenta de que no podés con nada. Que la vida para vos no tiene sentido, y ahí te asomás al balcón y te preguntás: ¿Qué hago?

-¿Tuviste ideas suicidas?

-Sí, por supuesto. Conté pastillitas, me asomé al balcón, pero se nota que la vida siempre pudo más. El amor por mi hijo, pudo más. Y ahora el amor por mi nieto.

-El abuelazgo también te rescata.

-Mi nieto se llama Giovani, tiene 6 años. El abuelazgo me enternece, soy una abuela presente, A Gio le gusta dormir mucho conmigo, y a mí me cuesta dormir de noche. Entonces, de día, no puedo sostener el ritmo que él necesita. Pero cuando estoy bien, jugamos y la pasamos genial.

Lía Salgado, hoy a los 65. Ama a su hijo y a su nieto y volvió a tener novio. Foto: Guillermo Rodríguez Adami

Lía Salgado agrega que durante el curso de su enfermedad mental, muchos hombres la invitaban a salir. Recuerda: “A un pretendiente le decía: ‘No quiero, no siento nada’. No deseba tener relaciones, ni darle besos, nada. Con la depresión no querés estar con nadie.”

-¿Tu corazón sigue cerrado al amor?

-¡Ya noooo! Te voy a dar una primicia. Hace dos meses inicié una historia de amor y estoy muuuuy enamorada. Ojalá dure.

-¿Se puede saber a qué se dedica, cómo lo conociste?

-Es periodista y abogado. Es conocido, pero no quiero dar su nombre. Hacía más de 20 años que no tenía un novio. Yo no buscaba nada, pero él me sedujo. Le hice una nota, me dijo un piropo y me quedé mirándolo…

-Pero es conocido, dame la primicia de quién es.

-No te doy el nombre porque no quiero quemar esta relación que recién empieza (Risas). Empezamos a hablar todos los días por teléfono, cumplí años hace poco, lo festejamos juntos, tuvimos la oportunidad de tener algo más de intimidad, estoy chocha. Re enamorada, babosa. Y por supuesto que soy celosa. Así que dos por tres le hago alguna escenita.

-Sin lugar a dudas que el amor es una excelente medicina, ¿no?

-Todos me dicen lo mismo, que ahora con este nuevo amor me voy a terminar de sanar. Todavía no he ahondado en la sexualidad (Risas). Después de que lo haga, en la próxima nota te cuento cómo me fue (Más risas).

Agradecimiento: Make Up: Berenice Delgado. @beredelgadomakeup

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